La calificación sigue siendo un mecanismo válido

En estos tiempos que corren y después del protagonismo que han tenido las agencias de calificación de riesgo de crédito en la situación financiera actual, muchos se preguntan si la calificación continúa siendo un método adecuado para introducir transparencia en los mercados.

La opinión de leet es que no debemos confundir los errores que se hayan podido producir en la implantación del mecanismo con la validez del propio mecanismo. Digamos que sería como decir que los bancos ya no son una forma adecuada de canalizar las inversiones en el sistema financiero, más bien, habría que decir que hay que cambiar los mecanismos de incentivos y las reglas de los mercados.

En este sentido nos ha parecido interesante recuperar el paper elaborado por los profesores Zach Z. Zhou y M. Eric Johnson del Center for Digital Strategies de la Tuck School of Business presentado en el Whorkshop on Economics of Information Security de 2009, titulado "El Impacto de la Calificación de la Seguridad de la Información sobre la competencia entre proveedores". El objetivo de su investigación era comprobar el efecto que tendría un sistema como el que estamos hablando sobre los proveedores de servicio, sobre los consumidores de dichos servicios y, finalmente, sobre el bienestar social general.

Las conclusiones a las que llegaron mediante el desarrollo de un modelo analítico sencillo fueron las siguientes:

  1. La calificación no siempre beneficia exclusivamente al proveedor con mejores niveles de seguridad sino que puede afectar a todo tipo de proveedor. Esto ocurre porque la calificación introduce transparencia en los mercados y hace que el proveedor que no tiene seguridad tenga que bajar el precio de sus servicios y el que sí la tiene tenga que demostrar que realmente tiene mejores niveles de seguridad. La otra cara de esta moneda es que también hay situaciones en las que ambos salen beneficiados: Si los consumidores no son muy distintos, la diferenciación en seguridad de los servicios evita la competición en precios exclusivamente y aumenta los beneficios de ambos.
  2. La diferenciación de la oferta hace que los proveedores puedan poner un precio mayor a los servicios con un mayor nivel de seguridad y esto podría afectar al precio que tuvieran que pagar los consumidores, siempre que no hubiera suficientes proveedores con buenos niveles de seguridad (es decir, en situación de monopolio u oligopolios - es decir, ningún o pocos competidores que ofrezcan el mismo servicio).
  3. Aunque, como hemos visto, la calificación tiene efectos sobre todos los actores del mercado (proveedores y consumidores) de formas diversas, en todos los casos el bienestar social aumenta por la introducción de los mecanismos de calificación.

Nos gustaría resaltar esta última conclusión. Según los profesores Zhou y Johnson se deberían introducir políticas públicas que hicieran utilizar este tipo de  sistemas porque siempre que se introducen mecanismos de calificación, el conjunto de la sociedad sale ganando. Este resultado es lógico, puesto que sabemos que la introducción de transparencia en los mercados (y sino, que nos lo pregunten a los usuarios de Internet) hace que la sociedad gane en términos de eficiencia y eficacia (os recomiendo la lectura de Wikinomics para encontrar múltiples ejemplos de esto). Esto no significa que todos los actores estén mejor después de la introducción de dichos mecanismos, de hecho, algunos estarán peor, pero en general, la sociedad en su conjunto estará mejor.